domingo, 23 de septiembre de 2012

Después de la sequía la tormenta es buena.

Así que puede que haya veces que mojarnos sea la mejor manera de deshacernos de la rutina. Soltarnos la melena, hacer por fin lo que un día quisimos hacer que por miedo a lo que las malas lenguas dijeran no hicimos. Brindemos por este valor que pocas veces surge en nosotros. Confundámonos solos con el fin de  lograr experiencia, caigámonos para aprender a levantarnos, erremos por luchar y no por ceder, sincerémonos para conseguir soltarnos.



    No volvamos a dejar nuestras decisiones en manos de otros cerebros.

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