Hay ocasiones en las que una persona se pierde por ese camino llamado vida, se esconde en un lugar seguro y disfraza su dolor en sonrisas malditas. Se desmorona consigo mismo y recapacita. Piensa que debe olvidarse de eso del 'no puedo', 'habría', 'y si...', 'debía', 'tenía que haberlo echo', 'pero'...
Entonces suele llegar el momento en el que toca abrochase el cinturón y seguir hacia adelante en la búsqueda de aquel trayecto perdido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario