martes, 25 de septiembre de 2012

Hay veces que la tentación es demasiado fuerte para resistirnos a ella.

Y a veces no tenemos por qué resistirnos de todos los antojos que tenemos, hay veces que nos merecemos el lujo de degustar aquello que tanto añorábamos, ¿acaso es malo volver a fallar? 


Entonces pasó que... Aquellos ojos oscurecieron.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Después de la sequía la tormenta es buena.

Así que puede que haya veces que mojarnos sea la mejor manera de deshacernos de la rutina. Soltarnos la melena, hacer por fin lo que un día quisimos hacer que por miedo a lo que las malas lenguas dijeran no hicimos. Brindemos por este valor que pocas veces surge en nosotros. Confundámonos solos con el fin de  lograr experiencia, caigámonos para aprender a levantarnos, erremos por luchar y no por ceder, sincerémonos para conseguir soltarnos.



    No volvamos a dejar nuestras decisiones en manos de otros cerebros.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Un final sin fin.

La vida es un libro con diferentes capítulos. A algunos afortunados les toca ser los protagonistas de la novela; a otros, personajes secundarios, pero a otras desgraciadas personas les toca ser el alma sola que nadie conoce.
Hay veces que tocará descubrirse a sí mismo, o abrirse en ciertas situaciones. Siempre tendremos la duda de poder ganar o perder, pues hay decisiones muy difíciles que escoger. A veces tocará luchar, otras ceder, muchas veces tocará errar. Habrá veces que tendremos que confiar en el viento para que nos sople a favor, para que consiga empujarnos hacia nuestra ruta. En otros momentos, el viento decidirá jugar con nosotros mismos y nos susurrará en contra. Retrocederemos pero en la misma cuesta que caemos ganaremos experiencia, conseguiremos llorar en el hombro correcto para degustar la ilusión de seguir hacia adelante.


Algún día la tormenta marchará.

No hay disgusto más grande que centrarte y esforzarte en algo que termina siendo la mayor razón de tus húmedas lágrimas de hoy.

Hola, sonríe.

Aquella vez fue diferente, ocupó todo su tiempo en una semilla que nunca dio su fruto. Dedicó toda la primavera en ideas que corroían su alma, que jamás salieron a la luz. Esas que guardó en su mente.


La resignación consumió toda su ilusión, 


hasta que una mirada le hizo sonreír.

Búscate.

Mientras que algunas personas intentan buscar a su media naranja, otros siguen trabajando en buscarse a sí mismos.

Mientras que algunas personas intentan sentir mariposas en el estómago, otros intentan deshacerse de la soledad que les corroe el alma.



miércoles, 19 de septiembre de 2012

Hay veces que las luces se apagan.


Al fin y al cabo, la gente nace, vive y muere, a los ordenadores les entra un virus y se rompen, el tiempo sigue adelante sin tener ningún miedo a perder a alguien por las prisas, los trenes marchan, las oportunidades se pierden, las relaciones cambian y muchas de ellas acaban, los libros se terminan, las historias se renuevan y algunas se rehacen, los humanos comen sin tener hambre, beben sin tener sed y hablan sin tener nada que decir, somos los tontos que no saben decir “no”, los inútiles que perdonan y buscan oportunidades hasta en los rinconcitos más escondidos de la oscuridad; para poder encontrar motivos por los que perdonar, somos los mayores consumidores y sin embargo, nadie nos consume, todo lo que sube baja, toda mariposa o fuego artificial llega al estómago de cada uno y las flores que nacen después de un tiempo se pudren y se marchitan, terminan muriéndose.

Después de todo esto, hay rutas diferentes, caminos que cada cual decide seguir, siempre con sus desvíos, muchísimas opciones y por lo tanto con lo que eso conlleva, cada cual se arriesga a degustar sus errores. Ningún humano es perfecto ni igual que otro, por lo cual los errores en cada uno son de diferentes grados y de diferentes cantidades. Cada error lleva consigo la fuerza de haber sabido arriesgar, siempre será una experiencia que realmente todos vivimos.

Lo mejor que podemos hacer es cerrar los ojos, suspirar, seguir caminando y respirar. La vida no es estar tropezando y cayendo siempre con la misma piedra. La vida es tropezarse, caerse y levantarse una y otra vez. Errar no es fallar, es aprender a arriesgar.



Hoy en día, nadie desayuna perlas, monedas o diamantes, nadie despierta habiendo hecho todos sus sueños realidad. Nadie se baña en billetes de color oro, nadie duerme tumbado en las nubes y por lo tanto, nadie vive sin errar.

Desgraciadamente todavía quedamos muchos de los imbéciles que caminamos sin avanzar. Pues cuando algo sucede, para cuando la razón es capaz de entender, las heridas ya son demasiado profundas.

El viento decidirá hacia qué orilla arrastrarme.





No preocuparme por palabras, ni tampoco por promesas. Olvidarme de todos y cada uno de los complejos, salir en busca de un buen lugar, en busca de un nuevo hogar, un sitio en el que ni el tiempo corra ni tampoco ande, que se estanque y que no vuelva a funcionar. Que la raza del perrito faldero se extinga y que las falsedades mueran.
No quiero volver a tener que exprimir felicidad para después servirla como un zumo de limón.

~#.

Por muy fuerte o por muy segura que fueras o tal vez por muy astuta e independiente que fueras, ahí dentro estaba esa princesa frágil y delicada que escondías, aquella que necesitaba que la rescataran que por esos disfraces nadie la encontró.


¿Alguna vez lo quisiste tanto? ¿o tuviste vicio o adicción por el dolor? Dolor por aquel placentero amor que jamás existió, mono del dolor por querer tanto a algo inalcanzable.

#10 Goordaz.



Diez pequeñas pero obesas, denominadas como "Goordaz", diez piezas que jamás dejarán que aquel puzle que un día hicimos se rompa.
No queda mayor regalo que el recuerdo de aquel vínculo que nos unió, nuestra infancia; las muñecas y sus accesorios, las Barbies y sus peinados, los tazos y nuestros pokemon-s, las Bratz-s y su ropa, nuestros sueños intentando que se basaran en hechos reales, la mayor ilusión de encontrar el príncipe azul que nos salvara de la torre...
Aunque a veces cueste admitirlo, ambas sabemos que algunas de aquellas fantasías que un día tuvimos, las seguimos queriendo cumplir. Quedémonos en aquella infancia que nos unió, crezcamos con el tiempo, evolucionando poco a poco las ilusiones de aquel entonces.
Pequeñamente enormes,
Gracias por haber sabido crecer juntas Goordaz.
Puede que fuera él quien llevara las riendas, quien llevara el látigo para dominarla. Y ella la atada, la dominada. Atada a alguien con terror a ser atado.

Arranca.

Hay ocasiones en las que una persona se pierde por ese camino llamado vida, se esconde en un lugar seguro y disfraza su dolor en sonrisas malditas. Se desmorona consigo mismo y recapacita. Piensa que debe olvidarse de eso del 'no puedo', 'habría', 'y si...', 'debía', 'tenía que haberlo echo', 'pero'... 
Entonces suele llegar el momento en el que toca abrochase el cinturón y seguir hacia adelante en la búsqueda de aquel trayecto perdido.



Y tú, ¿qué eres?

Las diferencias son claras. Hay princesas gritando por la torre más alta del mundo esperando a que alguien las salve del incendio, y hay gente que se estanca en una fase por quemarse tanto.
Todos soñamos con lograr algunos objetivos de vida. Tener al chico de tu vida, un matrimonio, bebes, un trabajo, dinero y por supuesto una casa de nuestra propiedad. Eso es lo que todos deseamos... ¿O tal vez la sociedad nos a programado?


Seguir la ruta,




sin saber ni cómo ni cuándo, ni dónde ni por qué. Sin saber la meta que conlleva el camino. Simplemente andando.

Hacia adelante, ¿o quizás hacia atrás?


Mi meta era ser feliz con el príncipe azul, sin ninguna preocupación, con mi mundo de color rosa y con el castillo que ninguna guerra derrotaría. No había preocupaciones pero sí demasiadas tentaciones. No había pregunta sin respuesta, todo era más fácil. Sólo mis muñecas sabían mis secretos, únicas y buenísimas personas, a nadie contaban mis cuentos. Ahora no nos queda más que caer y levantar, acostumbrarnos a las derrotas y arrepentirnos después de una mala batalla. Arriesgarnos sin temer, vivir sin saber.
Pequeña niña ingenua, ¿puedo volver a vivir junto a ti?

Te he echado de menos, todo este tiempo.

Podrías ser mi palabra o mi casa, podrías ser mi promesa o mi lámpara para alumbrarme en malos o oscuros días, tal vez podrías ser mi fiel amigo el perro o mi pulsera para guardarte siempre de recuerdo si te vas, podrías ser el sol o la luna, la flor de los pétalos llamativos, la última llama de fuego, el refugio que siempre necesité, la esperanza que nunca se pierde, el coche que me guía, el juramento cumplido, la firme mirada, el ojo que lo ve todo, la voz que nunca se apaga. Pero no eres nada de eso, eres algo más poderoso, el ser más poderoso, al que nadie puede robar su don. El don de la amistad, mi querida amiga, que aunque me cueste admitirlo, te quiero.

Pequeña gigante, eres mis ojos cuando no veo, mi nariz cuando pierdo el olfato, mis oídos más finos cuando no quiero o no puedo escuchar, el tacto que me falta cuando no sé tocar, el sabor cuando no sé cómo poder degustar. Eres todos y cada uno de mis sentidos cariño, eres mi latido.

~.

Lo que hace poco eran palabras ahora son términos que la goma borró; lo que ayer era tuyo ahora es de otros; lo que hace una hora estaba lleno ahora está vacío; lo que ayer subió y llegó al techo hoy está abajo, bajo tierra; y lo que hace veinte años comenzó, hoy acabó. 
Es difícil contestar a todas las preguntas que una se hace y aún más cuando no hay alma para poder responder. Cuando tan solo te queda una pequeña luz de esperanza que el más mínimo detalle o toque puede apagar.




Es difícil que sea fácil.

#.

Hay sonrisas de todo tipo. Las hay falsas y nadie mejor que la gente que se oculta tras ellas. Hay muchas sonrisas que enseñan los dientes y colmillos como una gran advertencia de rabia a sus enemigos, hay otras que ponen una cara radiante para que sus lágrimas no caigan y hay otras que se usan para esconder un miedo. Muy de vez en cuando es cuando ves una sonrisa real y auténtica… es la de aquel que sabe que los problemas que tiene ahora muy pronto se acabarán.




Desvanece.


Hay gente que es más despiadada que otra, pero todos somos capaces de perjudicar a alguien. Hay diferentes realidades; esos que ansían vengarse de alguien, o aquellas que añoran el amor, o esas otras que están empeñadas en romper o quemar lo que no es suyo. Y después están aquellas que solamente quieren algo, algo que pertenece a otra persona.